jueves, 28 de marzo de 2013

Sintiéndome agradecida.

¿Somos agradecidos? ¿Cuantas veces damos las gracias al día y por qué motivos?

Normalmente damos la gracias varias veces al día pero casi siempre lo hacemos como un cumplido, es decir, sin sentirnos agradecidos realmente, sin ser conscientes y sin ser sinceros. Lo solemos hacer como una norma de la sociedad. Yo invito a saltarse esta norma. Y dar las gracias cuando lo hagamos " de verdad".

Cuando somos capaces de alcanzar el estado de conciencia necesario nos sentimos agradecidos desde nuestro interior y no sólo desde nuestra palabra. Sentimos el amor por los demás y el que nos dan los demás, entonces damos gracias a las personas que nos ayudan y damos gracias a la vida.

Un ejercicio que hago cada mañana es "dar las gracias" cuando me despierto comienzo a sentirme agradecida por todo lo que tengo y por lo que soy. Desde un estado de consciencia, se que tengo a personas que me quieren, un techo donde cobijarme, etc pero además tengo mi cuerpo, con todos mis órganos, y mi mente y mi corazón, todo esto me hace ser yo, con mis defectos y mis virtudes, soy mi ser, y eso es maravilloso. Al acostarme vuelvo a hacer el mismo ejercicio y le añado el agradecimiento por lo aprendido en ese día. He tomado conciencia por lo que puedo valorar.

Es importante dar las gracias a las personas que hacen algo por nosotros, porque partimos de que nadie tiene tiene obligación de hacer nada por nosotros. Nadie. La gente que hace algo por nosotros lo hace porque quiere. Entonces démosle las gracias ya que las palabras producen emociones en los que las dicen y en los que las reciben. La gratitud ayuda a generar y reforzar los vínculos relacionales. Habla Ovidio Peñalver en su libro "emociones colectivas" que dar las gracias tiene una "influencia recíproca", es decir, que es buena para ambas partes.

Es un placer sentirse agradecido, te das así cuenta de muchos detalles que te hacen sentir bien.

Hay algunas personas a las que les cuesta un poco dar las gracias, quizás por falta de costumbre o porque sólo las dejan para ocasioes especiales. Las costumbres se pueden cambiar, es sólo cuestión de actitud y ocasiones especiales son todas ya que cada día es un regalo, si alguien ha hecho aunque sea un pequeño gesto por mí, ya es importante por lo que me siento agradecida. Además si damos las gracias sinceras probablemente estemos animando a esa persona a seguir haciendo cosas como esa que nos ha agradado.

Incorporar el agradecimiento en nuestras vidas es un hábito muy saludable, es más fácil hacerlo si estamos en el presente, conscientes de nuestras vidas.Hay montones de ocasiones en nuestro día a día para sentirnos agradecidos y para dar las gracias, seamos capaces de verlas.

GRACIAS.


Desde el respeto, gracias por leerme.

Espero que encuentres lo que buscas.

lunes, 18 de marzo de 2013

La felicidad de las pequeñas cosas.


Hay un libro con este mismo título "la felicidad de las pequeñas cosas" del famoso periodísta Antonio San José (programas como los desayunos de RTVE o el primer café de Antena 3) al que hace el prólogo Mª Jesús Alava y en él dice que el libro trata de la felicidad que depende más de nuestra actitud que de las circunstancias. Y de esto es de lo que quiero hablar. De levantarnos cada día con la actitud de estar presentes en nuestras vidas, de ser los actores principales y no meros espectadores que observan lo que pasa.
Antonio San José en su libro titula cada capítulo con aquellas pequeñas cosas o datalles de nuestras vidas que pueden hacerse grandes cuando tomamos conciencia de que están ahí. Entre otros: Hacer un regalo, por el proceso en sí mismo ya es un gesto precioso, dedicarle tiempo y atención a quien lo va a recibir, Un día de sol, Esa canción que suena, Mirar al cielo, Bajo la ducha: "el bautizo diario que nos permite incorporarnos a la cotidianidad con garantía de lucidez", El libro que nos espera, Un ángel en tu vida; se refiere a aquel momento en que lo pasaste muy mal y alguien te ayudó, Tomar un café, Completar una tarea; nos enorgullecemos cuando completamos nuestra tarea porque además nos hace ver nuestra capacidad de esfuerzo, Ir al cine, Recorrer una playa, Escuchar la radio, Reir con alguien, Llegar a casa...
Hay tantos momentos en nuestro día a día que nos pueden hacer sentir felices...pero para darnos cuenta tenemos que estar presentes. Es una alegría poder estar aquí y ahora compartiendo con vosotros, viviendo el presente, que como su propio nombre indica, es un regalo.

Unas palomitas con beso: este fue un momento feliz para mi: estaba trabajando en casa y vino mi hija con unas palomitas que habían hecho y al dármelas me dijo que venían acompañadas por un beso de papi, otro de la hermana y otro de ella. ¡Las palomitas sabían a gloria!

Os invito a pensar en pequeños detalles que os hacen felices.


Es muy bueno tener sueños, metas, proyectos, pero os animo a que mientras trabajáis en alcanzarlos no os perdáis el camino y seáis capaces de disfrutar cada momento.


El conferencista Carlos de la Rosa Vidal escribe en la portada de su blog:

Ten un fuerte motivo para existir,
no busques sólo llegar,
busca siempre seguir.
Desde el respeto, gracias por leerme.
Espero que encuentres lo que buscas


jueves, 7 de marzo de 2013

Tiempo y espacio.



Como dice mi maestro de yoga, en esta vida todo tiene un tiempo y un espacio. Todo ocurre en un lugar concreto y en un momento determinado y somos nosotros los que elegimos que eso que nos ha pasado esté presente en nuestro día a día, perdure en el tiempo o no lo haga.

En coaching se le llaman hipotécas a aquellas cosas que nos han pasado y no podemos cambiar. Podemos pensar, por ejemplo en una persona que haya sufrido maltrato, esto es una hipoteca con la que esta persona va a vivir toda su vida, esto es un hecho, no lo puede cambiar, pero ella tiene el poder de elegir si aquello que ocurrió durante un periodo de tiempo de su vida, va a condicionarla para siempre y de qué modo.
Es decir, esa pesona una vez que es consciente del daño que le han hecho y el problema que ha tenido, tiene la opción de decidir quedarse con su pena, desconfiar de todo el mundo, amargarse la vida y amargar la vida de las personas que le rodean, o puede elegir, desde su consciencia, ayudar a otras personas que hayan pasado por situaciones similares y con ello sentirse dichosa y orgullosa por su labor.

Este ejemplo que cuento es un caso muy extremo aunque no por ello menos real ¿cuántas personas no hay que utilizan su experiencia para ayudar a los demás?

Pero de lo que vengo a hablar es de cosas cotidianas que nos ocurren y no nos gustan o no las teníamos previstas para ese momento y permitimos que nos inquieten, nos pongan tristes, nos roben los sueños, etc.

Cuando hacemos algo mal, alguien nos hace daño o simplemente ha ocurrido un accidente tenemos varias formas de enfrentarnos a las situaciones.

Cuando hacemos algo mal podemos pensar que somos un desastre, que no hay manera de cambiar y podemos seguir castigandonos eternamente, o podemos reflexionar sobre el modo en el que hemos actuado, sobre las circunstancias en las que se ha dado esa actitud nuestra, si estábamos bajo presión o no, o si estábamos demasiado cansados para hacerlo mejor...Lo importante es sacarle la enseñanza a lo que hemos hecho ya que todo nos puede regalar un valioso aprendizaje para seguir nuestro camino. Nosotros podemos ser grandes maestros para nosotros mismos si nos paramos un poco a observar lo que hacemos y cómo lo hacemos.

En el caso de que haya sido otra persona la que nos ha hecho daño tenemos igualmente la opción positiva y la negativa. El daño ya está hecho, eso no tiene remedio ya, ha tenido su tiempo y su espacio. Ahora ¿con qué me quedo yo? Nuevamente puedo elegir y esto es el maravilloso poder que tenemos los seres humanos, me puedo quedar con el rencor, la maldad, las ganas de vengarme...o puedo intentar empatizar con la persona que me ha hecho el daño, si tomamos esta opción, y lo hacemos de corazón, podemos llevarnos grandes sorpresas. Todos influimos en todos. Quizás esto que me ha hecho esta persona pueda venir de algo que yo haya hecho previamente...O puede ser que no, que esta persona simplemente quería dañarme y lo ha conseguido. Normalmente las personas hacemos lo que hacemos porque no sabemos hacerlo de una forma mejor, con esto podemos llegar a la conclusión, sin tener que justificar su actitud, de que esa persona no supo hacerlo mejor. Con todas estas reflexiones podemos entender a la persona que nos ha dañado por lo que podemos pasar página ante el asunto, o no entenderla y además darnos cuenta de que estar cerca de esta persona nos causa mucho daño y somos conscientes de que tenemos que alejarnos de ella por lo que también podríamos pasar página.

¿Y cuando ha sido un accidente? Pues aquí también podemos elegir. Con un ejemplo lo podemos ver claro. Hay deportistas que han sufrido una grave lesión que les ha impedido continuar con su carrera profesional y en vez de quedar el resto de su vida quejándose por su mala suerte han decidido ser comentaristas y así continuar en el mundo que les gusta, o se han dedicado a ser entrenadores e incluso han creado escuelas para personas con algún tipo de discapacidad.

El poder está en la elección. Todos tenemos ese poder. Para apreciarlo basta con pararse un momento, respirar hondo y observarnos.

Mi conclusión es que si se rompe un plato lo mejor es recoger los trocitos y sacar un plato nuevo para poder seguir disfrutando de los manjares que nos ofrece la vida.


Desde el respeto, gracias por leerme.


Espero que encuentres lo que buscas.